El Centro Juana Azurduy hace una propuesta autonómica, que incorpora un planteamiento fiscal financiero desde las regiones pobres, como una forma democrática y equitativa de la distribución de recursos nacionales, constituyendo un mecanismo de desarrollo equilibrado en el país, dirigido a acabar con las regiones marginadas existentes históricamente, producto del manejo de la economía Bolivia en base a intereses particulares de sectores que habitan el eje central del país.